Creer para crear.
Si atendemos al diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, la resiliencia, es la "capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas". Por tanto, se trata de un proceso de adaptación a las experiencias de vida difíles o extremas.
Tradicionalmente, en la escuela ha predominado la detección de defectos (dichoso bolígrafo rojo) en lugar de la identificación de fortalezas, sobre todo a nivel estrictamente académico. Pero para promover la resiliencia se han de favorecer climas emocionales positivos y optimistas en los que el alumno se sienta seguro y responsable, sin estar ello reñido con la debida exigencia. Esta escuela resiliente proactiva ha de contar con docentes que sepan acompañar el proceso de evolución personal de sus alumnos y que acepten y sepan gestionar la diversidad y la complejidad de las relaciones entre los distintos colectivos (profesores, alumnos o familias).
La resiliencia se trata de un aprendizaje
que puede darse durante toda la vida y, más allá de las
particularidades de cada uno, todos podemos aprender a ser resilientes. Y
de la misma forma, todos los niños, independientemente de que estén
inmersos en problemas o no, pueden beneficiarse de los programas
educativos que promuevan la resiliencia, capacidad imprescindible no
sólo para el desarrollo exitoso del alumno sino también del docente. Para la reflexión dejamos como podemos favorecer esentornos saludables en los que fomentar la resiliencia.
Así que nos quedamos, con esta cita de autor desconocido, para los momentos de adversidad;
"No pidas una carga ligera, sino una espalda fuerte"
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