"Cómo dejar de odiar los problemas matemáticos."
“Dominar los problemas matemáticos” es el título del método creado
por Javier López Apesteguía, para la enseñanza de las matemáticas y de
manera especial para el aprendizaje de la resolución de problemas
matemáticos en la enseñanza primaria.
A continuación os dejamos una entrevista realizada por Ines Arribau, del Aula de Formación Aribau-Ferré. En ella nos da unas pinceladas para conocer más sobre el método, su origen y sus claves para poder utilizarlo en el aula.
¿Por qué muchos chavales odian los problemas de matemáticas?
La mayoría de alumnos odian los problemas porqué no comprenden los
propósitos que pretendemos con ellos. Es decir, hemos convertido
normalmente la resolución de problemas en clase en una serie de
operaciones a resolver, y no le encuentran significado. Creen que lo
único importante es llegar a la solución correcta, y a menudo esta
solución correcta la hallan al azar o utilizando trucos, pero no les
hace sentirse satisfechos, porqué ven realmente que no entienden lo que
están haciendo. Están consiguiendo aprobar la materia, pero no la
dominan. Eso hace que al final acaben odiando los problemas. De lo que
me dado cuenta en mis 26 años de experiencia es que lo que realmente
odian es la incomprensión.
Así pues, el método que propones pretende erradicar este odio que los alumnos puedan tener hacia los problemas matemáticos.
Eso es. Se trata de darles confianza y que los alumnos en cada
momento sepan qué están haciendo y por qué. A menudo, algunos profesores
dicen que a los alumnos no les gusta pensar, y esto de ninguna manera
es así. A los alumnos les gusta pensar y les gusta aceptar retos. Pero
debemos darles las herramientas para que sean capaces de enfrentarse con
éxito –al menos, en un porcentaje elevado- a esa tarea. Y con este
método, sinceramente, creo que lo conseguimos.
¿En qué se basa el método?
Es un método que nace fruto de la experiencia docente, y se basa en
el hecho que el alumno debe comprender las diferentes fases del proceso
de resolución de un problema. Es decir. Nosotros, habitualmente lo que
hacemos es proponer una serie de problemas en clase, y luego los
corregimos, y si fracasan solemos responder con castigos, con sanciones
externas (por ejemplo, mandarles otros cinco problemas del mismo tipo).
Con esto conseguimos que los atascos que tiene el niño no solo no se
resuelvan, si no que se cronifiquen. Al plantear un método por fases lo
que conseguimos es que el alumno llegue a dominar todo el proceso. Le
estamos estructurando. Le estamos dando conocimiento estratégico, y
cuando abordan la tarea saben lo que tienen que hacer en cada momento y
cómo deben hacerlo. Esto les da mucha seguridad y aceptan los retos.
Esta es la base del método. Pero, ¿cómo funciona? ¿Cómo se aplica?
Existen diferentes fases, que iremos desarrollando durante el curso.
Lo primero que hace falta es que el alumno entienda a qué situación
problemática se enfrenta. Si se trata de una situación de suma o resta, o
de multiplicación-división. Debe aprender a diferenciarlas. Nosotros le
damos herramientas para que sepa distinguir estas diferentes
situaciones. Le presentamos ejemplos que le permiten identificar las
partes y el todo… El secreto está en saber entender la relación que se
da entre los datos de un problema. El alumno que comprende las
relaciones es capaz de abordar con éxito las fases de este método. Otras
fases son identificar los datos de una situación, saber, una vez
identificados los datos, saber cómo están relacionados, lo que nos
llevará a elegir con total seguridad las operaciones a utilizar en cada
uno de los pasos del problema…
“El secreto está en saber entender la relación que se da entre los datos de un problema”
¿Para qué edades está pensado el método?
Está pensado para toda la primaria. Los pasos están pensados muy
progresivos, adaptados a cada edad. Y además de enseñarles a dar con la
respuesta correcta, les damos también herramientas para saber valorar si
la respuesta que han dado es correcta o no, que valoren si la respuesta
que han obtenido tiene lógica o no. En los problemas con múltiples
paso, les enseñamos a relacionar las diferentes relaciones, la conexión
que puedan tener entre si, de modo que el alumno sepa què está haciendo y
para qué lo está haciendo. Se consigue que el alumno gane confianza de
cara a saber elegir las operaciones y saber conectarlas para llegar a la
respuesta correcta. En definitiva, creamos una estructura y le damos un
conocimiento estratégico, lo cual es fundamental.
La aplicación del método, ¿supone trabajo adicional para el profesor en relación al método más “tradicional”?
Si por método tradicional entendemos esos cuadernillos de problemas,
de los que el profesor pide a los alumnos que hagan, por ejemplo, del 31
al 40 y luego los corregimos… Esto es muy fácil para el profesor, pero
no da satisfacción al alumno. Y tampoco a los docentes o a cualquier
persona que quiera utilizar una estrategia eficaz para resolver
problemas, porqué date cuenta que en realidad no están resolviendo
problemas. ¿Supone más trabajo? No, porqué el profesor va a emplear el
mismo tiempo de clase. Es verdad que en vez de hacer diez problemas, va a
hacer dos. Pero con estos dos problemas va a cumplir con los objetivos
de enseñanza, pero también ofrecerá un instrumento metodológico
importantísimo, que el alumno, más adelante, y en su vida diaria, va a
saber utilizar. Y eso da una gran satisfacción al docente.
¿Cómo surge la iniciativa de generar un método más eficaz?
La verdad es que ha habido muchas modificaciones. Lo que quería era
disponer de una herramienta sencilla, útil y eficaz. He ido buscando
nomenclaturas, formas de transmitirlo a los alumnos, dialogando con
ellos… Lo que ido haciendo es construir un andamiaje para ir guiando la
construcción de ese conocimiento estratégico que el alumno necesita a la
hora de enfrentarse a esta tarea, en la que he ido transfiriendo al
alumno el rol crítico que corresponde al profesor. He ido creando
actividades y problemas secuenciados en fases, de forma que el alumno
sea consciente de qué fases ya domina y qué fases le presentan
dificultades para inmediatamente abordarlas. Si no, lo que hacemos es
crear atascos cognitivos, y yo, por mi experiencia, es muy difícil
desaprender lo que han aprendido erróneamente en cursos anteriores. Por
lo tanto, lo que hacemos es que el proceso sea explícito, es decir, que
el alumno sea consciente en cada momento sea consciente de las
decisiones que toma y las pueda evaluar.
Mi gran satisfacción se produce cuando toca el timbre del recreo, y
los alumnos me piden tiempo para resolver otro problema. O sea, que les
gusta a ellos.
Es evidente que no es el único método. Pero es útil y eficaz. Y
además, sencillo de comprender para el alumno y para el profesorado.
¿Se trata de convertir en menos abstracto el lenguaje matemático?
De lo que se trata de que vean como de lo concreto se pasa a lo
abstracto. El dato numérico no es lo más importante. Lo es el dato
explicativo, que es una de las partes de los datos que están
relacionados en un problema. Lo que creo interesante destacar también es
que el método tiene un componente emocional importante, porqué
transmite confianza sobre la capacidad que tiene el alumno para afrontar
la tarea. Evita que abandonen, que renuncien a aprender a resolver los
problemas.
En relación al Curso del Aula de Formación, ¿en qué va a consistir?
El curso tiene una introducción que profundiza sobre neurociencia y
matemáticas y luego enlazaré con el método, que ayuda a enseñar a pensar
y a desarrollar habilidades cognitivas. La función de los problemas, a
parte del aprendizaje de contenidos, es también educativa. Que los
alumnos sepan aceptar retos, que el placer no es solo resolver la
pregunta, si no tener una pregunta por responder. Y también no olvidar
nunca la función de desarrollo intelectual, para la que la resolución de
problemas es muy eficaz. En el curso iremos pasando todas las fases,
como si los asistentes fueran alumnos. Se trata que el curso sirva para
que los que asistan se lleven una herramienta que les sea útil. Lo que
haremos será resolver problemas, pero entendiendo lo que estamos
haciendo, enseñar la estrategia específica, dar herramientas para
enfrentarse a problemas y que sea una enseñanza informada. Y desarrollar
la habilidad metacognitiva de los que resuelven problemas, esto es,
saber si las decisiones que se toman ante un problema son o no las
adecuadas. Los participantes en el curso van a pasar por estas
experiencias.
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